Jamás pensé que un simple olor a pintura me fuera a jugar una mala pasada. Al parecer, estuve varios días respirando ese olor, sin darme cuenta que terminaría en el hospital con una faringoamigdalitis. Ya tengo una semana de estar incapacitada, entre cientos de medicamentos que me tienen mareada, con dolor horrible en la garganta que al principio iba de los pómulos a los pulmones; y además de estar en cama sin poder entrenar, que es lo más importante para mí, en este momento.
¿A qué voy con este tema? Cero lástima, es importante que cuando estemos con químicos ventilemos bien las habitaciones, eso de poner cosas para tapar los olores, no es lo más adecuado porque el químico permanece en el lugar sin tener a dónde ir.
Conversando con el médico, me dice que la intoxicación y la faringoamigdalitis en cierta manera, no deberían estar ligadas, ya que primero, debe aparecer una laringitis y después, el problema en la faringe y aamígdalas, pero que la conexión entre ambas cosas fue porque demoré muchísimo tiempo en acudir al hospital y el primer tratamiento no fue el más adecuado, ya que sólo me aplicaron antihistamínicos, porque mi garganta se cerró.
Señores, la salud no es para tomársela de relajo, a los primeros síntomas de intoxicación como mareos, náuseas, hinchazón, problemas para respirar, etc., acudan al médico.
